jueves, 10 de agosto de 2017

Esto ocurre cuando se ingiere alcohol


Uno de los protagonistas los fines de semana de muchos jóvenes es el alcohol. La principal bebida alcohólica que se consume es la querida cerveza, y más ahora que con el buen tiempo apetece beberse una bien fresquita. 

Las bebidas que más se consumen durante una fiesta son las bebidas alcohólicas destiladas (ron, vodka, ginebra, etc...) que son las que más problemas causan cuando su consumo supera un límite. 

El alcohol es una droga depresora del Sistema Nervioso Central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. 

Se caracteriza por la aparición de síntomas de intoxicación que afectan a la actividad cerebral, genera falta de coordinación motora y produce cambios de comportamiento. 



Cuando ingerimos el alcohol, este se convierte de etanol a acetato en el hígado y posteriormente se libera a la sangre donde viaja a través del torrente sanguíneo a otros órganos, incluyendo el cerebro, para usarlo como sustrato energético y para participar en la biosítesis de colesterol. 

¿Quieres descubrir paso a paso cómo te afectará esa copa de más? Pues muy atento: 

Etapa 1: "Uno al año no hace daño": El alcohol llega a la sangre entre 30 y 60 minutos después de ser ingerido, cuando el intestino delgado hace la absorción y lo envía por el torrente sanguíneo a todos los tejidos del cuerpo. 

Etapa 2: "Yo tolero muy bien el alcohol": Inicialmente, la persona refleja un estado de euforia, enrojecimiento de su rostro, pasando al desequilibrio, descoordinación. Para reflejar después debilidad y agotamiento físico debido a la disminución del azúcar en la sangre produciendo visión borrosa así como eliminación de líquido acelerado. 

Etapa 3: "La cabeza me estalla": La rápida eliminación de líquido que ocasiona su consumo, hace que el riñón tenga que absorber agua de otros órganos y es por esa razón que ocasiona dolor de cabeza, seguido de agresividad y disminución de la capacidad a la hora de tomar decisiones. 

Etapa 4: "Usted no sabe quién soy yo": El alcohol también ingresará al intercambio gaseoso en los pulmones, detectándolo en el aliento con el alcoholímetro y, generalmente, la medición es directamente proporcional a la concentración de alcohol en sangre. 

Etapa 5: "No vuelvo a beber": Pasado este estado de embriaguez se entra en un nivel de intoxicación etílica determinado por los siguientes signos: 


  1. Debilita el sistema nervioso central, incluso acciones involuntarias como el reflejo faríngeo y la respiración pueden disminuir o detenerse. 
  2. Pupilas dilatadas. 
  3. Aumenta el peligro de ahogarse con el propio vómito. 
  4. Ocasiona hipotermia (temperatura extremadamente baja). 
  5. Provoca que el nivel de glucosa en sangre baje extremadamente, lo que puede producir convulsiones, daño cerebral y muerte. 
  6. Induce un ritmo cardíaco irregular, pueden ser latidos cardíacos rápidos o que el corazón deje de latir. 
  7. Lleva a la pérdida de conciencia. 
  8. Produce problemas en el aparato digestivo, como dolor abdominal, gastritis o sangrado intestinal. 
  9. Origina alteraciones del funcionamiento general del hígado. 




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